Dicono che le cose succedono sempre per una ragione. Lo dicono e io continuo a crederci, incrollabile anche se ammaccata. Mi sfuggono un paio di cose, tipo perché a casa mia ci siano 30.4 gradi costanti, notteegiorno. O perché dopo la terza doccia continui a sudare come prima e piú di prima. O perché non me ne vada mai dritta una, e dico una, mica dieci. Ma non importa...per questa torta non servono ragioni. Perché é cosí fantastica, avvolgente, lussuriosa che me ne fotto. Di tutto e di tutti.
E la dedico a chi mi ascolta, mi appoggia, c'é sempre. Per quelli che lo fanno da sempre e per quelli che ci sono da poco, ma sono cosí presenti da aver reso qualche mese un'eternitá di amicizia e complicitá. La dedico a chi si sposa, a chi mi aiuta nel mio damigelladonoreggiando, alla mia Bimbarú romana, a chi é venuto a fare Madonna in spiaggia, a chi mi chiama Cariñet e mi apre il cuore, a chi é il miglior Sorello del mondo, alla Pupazza del mio cuore, alla Fratella che mi da vita, alla Inclesa che mi ha regalato delle vacanze romane che nemmeno Audrey e alla Regina del Cannello, sempre con me. Insomma, a tutti voi, regalo quest'onda lunga di cioccolato, per un pomeriggio pieno d'amore e dolcezza...ció che mi date, ogni giorno, senza chiedere mai nulla a cambio.
200gr di cioccolato
240 gr di burro
8 sí 8 uova
400 gr di zucchero
140 gr di farina
Forno a 170 gradi. Sciolgo burro e cioccolato. Mescolo bene uova e zucchero e aggiungo il composto di cioccolato e burro sciolti. Aggiungo mescolando a mano la farina. Verso tutto in uno stampo di 24cm (ma usate pure quel che volete) imburrato o con la carta forno e metto in forno per 35 minuti circa(anche meno, se volete una torta mollissima, o 5min di piú, se volete un fondant piú denso). Una volta freddo, lascio in frigo per una notte.
BON APPETIT!
Dicen que las cosas siempre pasan por alguna razón. Pues si lo dicen, me lo creo, aunque cuesta...y cuánto cuesta ahora! Hay un par de cosas que de todas formas se me escapan. Por ejemplo, el porqué en mi casa siempre (y digo siempre) hay 30.4 grados. O por qué sigo sudando igual o más después de la tercera ducha. O por qué no me va bien NADA y cuando digo NADA entiendo NADA. Pero da igual...para esta tarta no hacen falta razones. Es tan maravillosamente perfecta, lujuriosa que por ella paso, paso de todo y de todos ;)
Y la dedico a quien me escucha, me apoya, siempre está allí. Para quienes lo hacen desde siempre y para quienes han aparecido hace poco en mi vida pero con tal intensidad que parece que siempre han estado a mi lado. La dedico a quien se casa, a quien me ayuda en mi ser "damadehonor", a mi Bimbarú de Roma, a quien ha venido cual Madonna por las playas mallorquinas, a quien me llama Cariñet y me abre el corazón, a quien es el mejor Sorello del Mundo, a la Pupazza del mio cuore, a la Fratella que me da vida, a la Inclesa que me ha regalado unas vacaciones en Roma que ni Audrey y a la Reina del Quemador, siempre conmigo. En fín, a todos vosotros, regalo esta ola de chocolate, para una tarde llena de amor y dulzura, que me regaláis cada día, sin pedir nada a cambio.
200gr de chocolate
240 gr de mantequilla
8 sí 8 huevos
400 gr de azúcar
140 gr de harina
Horno a 170 grados. Derrito chocolate y mantequilla. Mezclo bien huevos y azúcar y añado el chocomantequilla derretidos. Añado la harina mezclando bien con una espátula y vierto todo en un molde de 24cm (o él que queráis), enharinado o forrado de papel vegetal. Lo dejo 35 minutos en el horno ( o un poco menos, si quiero un resultado fofo, o 5 minutitos más, si quiero un fondant más denso) y cuando esté frío, dejo todo una noche en la nevera.
BON PROFTI!
